“Aquel verano del 36 fue imperdonable en España por tres razones: primera, porque las democracias occidentales decidieron no intervenir a favor de la República; segunda, por la manera en la que el pueblo español se masacró; tercera, porque los otros generales sublevados dejaron a Franco, que era muy inteligente políticamente hablando, tomar el poder.
La mayoría de aquellos oficiales querían tomar el poder y restaurar la monarquía, él no y asi se configuro el bunker franquista que perduraria durante mas de cuarenta años”.
En opinión de Blum, primer ministro del Frente Popular francés era normal ayudar a otro Frente Popular como el español, un gobierno amigo.
Estaba justificado porque era un gobierno democrático y aliado. Pero tenía aliados radicales en su propio gobierno, una prensa anticomunista muy fuerte y los aliados ingleses que no lo veían nada claro.
Uno de los principales protagonistas en ese proceso fue Alexis Leger -el poeta- que era secretario general del Quai d’Orsay -Ministerio de Asuntos Exteriores-: era muy partidario de no hacer nada sin acuerdo previo con los ingleses, a los que veía como indispensables para enfrentarse a Hitler en el futuro.
Y los ingleses, en aquel momento, eran más anticomunistas que antifascistas.
Cometieron un enorme error geoestratégico: no querían entrar en la Guerra Civil para evitar que Hilter y Mussolini se implicaran más y estallara otra guerra mundial.
Pero lo que pasó fue lo contrario: no intervinieron y su pasividad dio fuerza a Hitler y Mussolini. Al final llegó la guerra que tanto temían. Ni en España, ni en Renania, los Sudetes o Austria reaccionaron. Hitler pensó: ¡puedo continuar!
La cancillería alemana, en ese momento, no quería ayudar a los sublevados. No les conocían, pues sólo habían tenido contacto con los monárquicos y, además, miraban más hacia el Este.
Pero poco a poco, los emisarios de Franco y la inactividad de Francia e Inglaterra, les hicieron ver que era una buena oportunidad para instaurar un régimen amigo.
Manipulación de la prensa
El día más importante de aquel verano fue el 25 de julio: Blum, que había decidido ayudar a la República, regresa de un viaje de Londres y rectifica su postura.
Ese mismo día los emisarios de Franco se encuentran con Hilter y ordena que vayan los aviones. Y sin los aviones alemanes, Franco no habría pasado el Estrecho con tanta facilidad.
Durante un tiempo, Franco sería el jefe de un ejército compuesto por muchos extranjeros levantado en armas para matar españoles: los regulares moros, legionarios extranjeros, los aviadores alemanes, los voluntarios italianos, los viriatos portugueses…
Sí, los ataques de la prensa contra Blum fueron muy importantes. La prensa era mucho más agresiva en aquellos años; ahora la agresividad está en las redes sociales, no en los periódicos.
También existió una propaganda anticomunista enorme en Reino Unido, EE UU y Francia que influyó: el embajador inglés en España, era muy anticomunista y anti Frente Popular, y mandaba noticias manipuladas y alarmistas a Londres.
Los servicios secretos británicos hacían igual. Y también hubo documentos inventados por los nacionales sobre una supuesta operación ordenada por Moscú para hacer la revolución en España que circuló por toda Europa.
Daba la razón a lo que diría Franco siempre después: el Golpe evitó que los bolcheviques tomaran el poder. Fueron las ‘fake news’ de la época: había más miedo a los comunistas, que a los fascistas.
Represión
El búnker franquista está muy vivo y fuerte en España y resiste a toda idea de hablar sobre las fosas comunes y los crímenes, y restablecer la dignidad de las víctimas. Lo malo de la Guerra Civil fueron las masacres, claro, de los dos bandos.
Pero también lo que pasó después, la represión, los fusilados,los campos de concentración… Esa política vengativa de Franco que fue terrible. Y este problema no se ha resuelto en España. La población está dividida.
No sé cómo se podría superar. Hubo un pacto de silencio en la Transición. En Brasil, Argentina, Chile, los generales tomaron el ejemplo de Franco para convertirse en dictadores.
Allí fueron castigados, no inmediatamente, sino después, pero fueron castigados.
En España, nunca. Hay que llevar a juicio el franquismo y ver qué pasa: luego ya se condenará o no. No sé por qué los españoles no quieren hacerlo: podrían simplemente coger dos o tres ejemplos de gente que masacró y torturó y llevarlos ante un tribunal y ver qué pasa.