Títulos de un poema.
No teniendo el éxtasis a mano, como los místicos, descubres las zonas más profundas del ser en las graves recaídas del cansancio…
Las ideas refluyen a su fuente, se sumergen en la confusión originaria y el espíritu sobrevuela las simas de la vida.
Sentir el mundo como dolor que va taladrándote durante los momentos de cansancio delirante, despoja a las cosas de su engañoso esplendor.
Ya nada nos impide acceder a la zona originaria del principio, pura como una aurora final.
Así desaparece todo lo que el tiempo agregó a la virtualidad inicial. La existencia aparece ante nosotros como tal: a remolque de la nada.
Y no es la nada lo que está en los límites del mundo
Sino el mundo en los límites de la nada.
El cansancio como instrumento de conocimiento. La razón bañada a la luz nocturna de la desesperación.
Emil Cioran.