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La obsolescencia programada lleva entre nosotros casi un siglo, fomentando el consumismo, motivo por el cual la mayoría de los consumidores no es consciente de la estafa de las empresas hacía los usuarios de sus productos.

Se ve como algo normal, incluso positivo, el tener que cambiar un producto pasado un cierto tiempo desde su adquisición, es como “renovarse”, “estar más al día”, “estar a la última”… En realidad las empresas programan la vida útil de sus productos para que su duración sea limitada y tengamos que comprar otra vez el mismo producto y así mantener un consumo innecesario que evidentemente sólo beneficia a las empresas y al que nosotros mismos le hacemos el juego.

Edison puso a la venta su primera bombilla en 1881. Duraba 1500 horas. En 1911 un anuncio en prensa española destacaba las bondades de una marca de bombillas con una duración certificada de 2500 horas.

Delincuencia programada

Pero en 1924 un cártel que agrupaba a los principales fabricantes de Europa y Estados Unidos pactó limitar la vida útil de las bombillas eléctricas a 1000 horas. Este cártel se llamó Phoebus y oficialmente nunca existió.

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Written by HomoSapiens

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