La peste, también llamada peste negra o peste bubónica, es una infección grave causada por la bacteria Yersinia pestis, la principal vía de transmisión es a través de la picadura de pulgas de roedores, principalmente las ratas.
La peste es una enfermedad que atormenta a la humanidad desde hace milenios. Se ha identificado el ADN de la bacteria Yersinia pestis en los dientes de personas que han vivido hace 5000 años en las regiones de Asia y Europa.
La segunda gran pandemia de peste se produjo en la segunda mitad de la edad media, en el siglo XIV, habiendo sido llamada peste negra.
La peste negra se originó en la China y llegó a la Europa a través de los puertos de Italia, Francia y España en los años 1347 y 1348. En solamente 4 años las bacterias se habían extendido por toda Europa, desde Inglaterra hacia Rusia a través de Escandinavia, Grecia y Turquía.
En algunas regiones, hasta el 75% de la población ha sido diezmada, causando caos social y colapso económico en algunos países.
La cifra de muertos fue tan grande que los pocos sobrevivientes no conseguían enterrar a los que habían fallecido. En toda Europa, se estima que entre 25 y 75 millones de personas murieron por la enfermedad, que representa 1/3 de toda la población en aquél tiempo.
La gran pandemia duró hasta 1351, pero varios nuevos brotes permanecieron apareciendo en los años 1361-63, 1369-71, 1374-75, 1390 y 1400.
Con el desarrollo de los antibióticos en el siglo XX, la tasa de mortalidad de la peste, que era de 60 a 90 por ciento, ha descendido a solamente un 10% a 20%, que rompió el ciclo de transmisión de la bacteria y hizo de la enfermedad un problema de salud pública
de poca importancia en todo el mundo.
Según la Organización Mundial de Salud (OMS), entre 2010 y 2015 existieron solamente 3248 casos de peste en todo el mundo, con 584 muertes.
Desde el año 2000, el 95% de los casos de peste se centran en Africa. Actualmente, los tres países con más casos son Madagascar, Congo y Perú.
En la mayoría de los casos, la bacteria Yersinia pestis se transmite a los seres humanos cuando son picados por una pulga que previamente había se alimentado de la sangre de un roedor infectado, tales como ratas, ardillas, perritos de la pradera o conejos.
La transmisión de la Yersinia pestis por las pulgas causa peste en las formas bubónica o septicémica.
Síntomas de la peste
1) Peste bubónica
La peste bubónica es la más común y conocida, correspondiente a más del 90% de los casos.
Los síntomas de la peste bubónica aparecen cerca de 2 a 6 días después de recibir la picadura de la pulga infectada, que puede ser discreta y no dejar ninguna marca visible.
El paciente suele desarrollar un cuadro de fiebre alta repentina, generalmente alrededor de 40° C, escalofríos, dolor de cabeza, dolores musculares, debilidad, postración y pérdida de apetito.
La bacteria invade la circulación linfática y se direcciona a la red de linfonodos más cercana, provocando la aparición de ganglios palpables en esta región.
En 48 a 72 horas aparece el signo típico de la peste bubónica, que es el bubón, un tumor doloroso causado por la hinchazón de un ganglio linfático.
El bubón puede alcanzar hasta 10 cm en diámetro y se presenta de forma oval, con distensión, enrojecimiento y brillo de la piel a su entorno.
Como el local más frecuentemente mordido por las pulgas son las piernas, la localización más frecuente de los bubones es en el área de la ingle. La axila y el cuello vienen, respectivamente, en segundo y tercer lugar.
El bubón puede llegar a ser purulento, adquiriendo un aspecto similar al de un absceso. En la mayoría de los casos, el bubón no drena el material purulento espontáneamente, y hay necesidad de drenaje quirúrgico por un médico.
El material purulento del bubón es altamente contagioso y puede infectar quien lo esté manejando.
Sin tratamiento, la peste bubónica suele progresar para el sistema nervioso central, provocando cambios en el habla y en la marcha, alucinaciones, movimientos involuntarios y posteriormente coma.
La meningitis por la Yersinia pestis es una complicación frecuente de pacientes no tratados.
2) Peste septicémica
La peste septicémica ocurre generalmente como complicación de la peste bubónica sin tratamiento. La bacteria viaja a través de la sangre hacia a varios órganos y tejidos, causando hemorragia interna y en la piel, gangrena de las extremidades, shock circulatorio y fallo múltiple de los órganos.
La hemorragia cutánea generalmente causa manchas negras o púrpura en toda la piel, lo que inspiró el término peste negra en la Edad Media.
En un 10 a 20% de los casos, la peste septicémica se presenta de forma primaria, es decir, sin síntomas previos de peste bubónica. Esta forma de peste es muy agresiva y difícil de diagnosticar debido a la falta del bubón característico y su rápida evolución a la muerte.
El paciente desarrolla un cuadro repentino de fiebre alta, llegando a 42-43° C, postración, hipotensión arterial, disnea, hemorragias cutáneas, diarrea y vómitos. En tan solamente 48 horas el cuadro tiende a evolucionar hacia un estado de coma y, horas más tarde, el paciente generalmente muere.
3) Peste neumónica
La peste neumónica puede ser secundaria, cuando se presenta como una complicación de las formas bubónicas o septicémicas, o primaria, cuando es adquirida a través de gotitas de aerosol contaminado. La forma secundaria es la más común.
El período de incubación de la peste neumónica es más corto que de la forma bubónica y su duración es de solamente de 2 a 3 días.
Al principio, los síntomas son inespecíficos, como fiebre alta, escalofríos, postración, confusión mental y vómitos. Los síntomas de la neumonía vienen después, con dificultad para respirar, dolor en el pecho, respiración acelerada y tos por esputo, que puede ser purulenta o sanguinolenta.
Si no se trata rápidamente, la peste neumónica avanza rápidamente a la muerte.
La organización Mundial de la Salud (OMS) ha emitido una emergencia sanitaria debido a un brote neumónico en Madagascar que ya se ha cobrado la vida de 24 personas. La enfermedad, conocida como “la peste”, se ha extendido a la capital y a los puertos, con 114 personas infectadas en solo unas semanas.
La prensa local ha criticado al Gobierno del primer ministro Olivier Mahafaly Solonandrasana, porque el pasado 28 de septiembre hizo unas declaraciones en las que se aseguraba que la peste estaba bajo control. Dos días después, las mismas autoridades se vieron obligadas a declarar la emergencia.
Según la OMS, la peste es endémica en Madagascar y cada año se reportan 400 casos, sobre todo en forma bubónica.