Los hombres del bosque, los primos buenos del ser humano son a mi entender, los únicos seres que aplican mas a lo que entendemos como humano, que nuestra propia especie.
Sabemos que el ser humano es un ser físico y biológico, social y cultural, racional a veces, irracional otras, libre en algunos sentidos, sometido en otros.
Un ser que, para algunos pensadores, es una unidad sustancial, y, para otros, una dualidad cuerpo-alma. Veremos a continuación otro debate que está por resolver.
Se trata de la relación entre los conceptos de «ser humano» y «persona«. ¿Son equivalentes? ¿puede haber personas que no sean humanas? ¿Puede haber humanos que no sean personas?
Sabemos por la ciencia que todos los seres humanos compartimos la misma naturaleza.
La naturaleza humana es el genoma humano, idéntico en todos nosotros en el 99,9%.
El uno por mil de diferencia genética nos distingue a unos de otros, y hace que seamos hombres o mujeres, calvos o peludos, rápidos o lentos, etc.
Esto no es una hipótesis, sino una verdad científica, y puede aplicarse a todos los individuos de nuestra especie que han habitado en este planeta y a todos los que vengan después de nosotros, mientras los cromosomas de sus células contengan la misma información genética que contienen los nuestros.
Así pues, el concepto de ser humano es un concepto biológico: somos humanos por una simple razón genética.
Hemos nacido humanos y eso nos constituye. Sin embargo, el criterio biológico resulta insuficiente para muchos pensadores, que ven en el ser humano algo que trasciende la naturaleza, que va más allá del mundo natural.
Supuestamente a diferencia del resto de seres, el ser humano puede tener conciencia de sí mismo, capacidad de pensar y actuar con libertad, sentido del bien y del mal.
Este conjunto de facultades son las que se cree configuran a la persona como algo distinto de los animales y del resto de seres del mundo natural.
Los orangutanes utilizan una “reciprocidad calculada” que implica sopesar el costo/beneficio del intercambio de obsequios y realizar un seguimiento de estos a lo largo del tiempo. Los orangutanes son la primera especie no humana documentada para hacerlo.
En la naturaleza, los orangutanes utilizan una variedad de herramientas sofisticadas tanto para la extracción de insectos de los huecos de los árboles así como para cosechar semillas de frutos de cáscara dura.
La primatóloga Biruté Galdikas documentó cómo los orangutanes también construyen elaborados nidos cada noche a partir de ramas y follaje, utilizando técnicas transmitidas de generación en generación a jóvenes orangutanes que observan el comportamiento de construcción de nidos de su madre.
Inicialmente, se ubica un árbol adecuado, uno con ramas que ellos calculan puede mantener su peso, luego las ramas se juntan y se unen en un punto. Después de que se construye una base, los orangutanes doblan ramas más pequeñas y frondosas, trenzando las puntas de las ramas en la base para crear, en esencia, un “colchón”. Además, los orangutanes pueden agregar almohadas, mantas, techos y literas a sus nidos.